lunes, 30 de noviembre de 2009

326 son muchos niños

http://www.diariovasco.com/20091122/al-dia-local/ninos-necesitan-familias-acogida-20091122.html

Y al parecer, el nº va a ir en aumento.

¿Estará mi hijo de corazón entre esos 326? ¿Nos conoceremos pronto?
Mi parte racional sabe, y entiende, que el proceso es lento, que debe ser así. Que es una responsabilidad enorme para el equipo que se encarga de reunir niño y familia de acogida, que no hay que dejar cabos sueltos, que un mal emparejamiento sería una tragedia, sobre todo para el niño.

Pero es que mi parte emocional no se conforma. Y grita. Y se desespera. 326 niños, y aquí una familia a la que, a fuerza de tenerlos abiertos, comienzan a dolerles los brazos...

jueves, 26 de noviembre de 2009

El principito


He leído esta historia cientos de veces. A veces entera, a veces sólo retazos. La he leído a solas, en silencio. También en voz alta, rodeada de mis hijas. Siempre consigue recargar mis reservas de ternura.

Sin embargo, cosas del subconsciente, hasta ahora no había pensado que la historia de este pequeño príncipe, es en realidad la historia de una acogida.

¿No se trata acaso de un niño desprotegido, indefenso ante el trato del ser que más ama? ¿No vaga de planeta en planeta buscando un adulto que le ame, que le cuide? ¿Y no lo encuentra al final, en la figura del piloto?

Si, sin duda, es la historia de una acogida. Y el final me ha hecho plantearme cómo puedes llegar a sentirse si tu príncipe un día, decide regresar a su planeta, porque a pesar de todo, una flor siempre es una flor.

lunes, 23 de noviembre de 2009

El proceso.

Y no, no me refiero al de Kafka. Si no al camino que deben recorrer las familias que deciden acoger (que palabra tan hermosa)en sus vidas a un niño desprotegido.
Camino largo, sin duda. También difícil. Pero necesario. Ojalá muchas parejas, antes de decidir tener hijos biológicos, lo recorrieran también. Porque te hace enfrentarte, como el viejo del cuento de Dickens, a tus fantasmas presentes, pasados y futuros. Te enfrenta a tí mismo como hijo, como pareja, y consecuentemente, como padre.

!Y qué satisfacción cuando un día te llaman y te dicen que ,tanto tú como tu pareja,sois idóneos para acoger a un niño! Y qué miedo, y qué impaciencia...

Hace ya más de un año

"No es que los días no estuvieran llenos, para la ternura siempre hay tiempo..." (Ana Belén).

¿Qué hace a un matrimonio, padres de cuatro niñas, lanzárse a la aventura de la acogida? Desde luego, el aburrimiento no. Ni la necesidad de llenar sus vidas. Pero tampoco la pena ni la caridad.
Simplemente, la lógica. Hay cientos de niños que necesitan curar sus heridas en un ambiente familiar, y nosotros somos una familia. Que necesitan amor, respeto, y muchas ocasiones de reir. Y nosotros podemos proporcionárselo.

Este es el diario de una espera, de una esperanza. También muchas veces, el díario de la desesperanza, del tiempo que pasa sin respuesta.
Y en un futuro, espero que no muy lejano, será el díario de una realidad.