lunes, 23 de noviembre de 2009

Hace ya más de un año

"No es que los días no estuvieran llenos, para la ternura siempre hay tiempo..." (Ana Belén).

¿Qué hace a un matrimonio, padres de cuatro niñas, lanzárse a la aventura de la acogida? Desde luego, el aburrimiento no. Ni la necesidad de llenar sus vidas. Pero tampoco la pena ni la caridad.
Simplemente, la lógica. Hay cientos de niños que necesitan curar sus heridas en un ambiente familiar, y nosotros somos una familia. Que necesitan amor, respeto, y muchas ocasiones de reir. Y nosotros podemos proporcionárselo.

Este es el diario de una espera, de una esperanza. También muchas veces, el díario de la desesperanza, del tiempo que pasa sin respuesta.
Y en un futuro, espero que no muy lejano, será el díario de una realidad.

7 comentarios:

  1. Pues aquí estaremos para compartir (y comentar) la espera ;)

    Irene

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  2. Me uno a la espera q espero sea muy breve.

    Nu

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  3. Ojala la espera no sea muy larga, un beso

    Tania.

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  4. En el fondo, la espera, aunque llegues a aborrecerla, no es sólo un camino hacia la acogida: es ya la acogida en sí.
    Seguro que algunos días no lo verás así pero ese niño que un día llegará a vuestra casa ya ha sido acogido por vosotros, sólo que él aún no lo sabe... En realidad, ya está ahí: en vuestros corazones, aunque aún no conozcáis su rostro.

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  5. Tienes razón, mayda. Pero es que tenemos tantas ganas...

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  6. ¡Pues claro! Y es una pena tener que esperar tanto.

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