viernes, 11 de febrero de 2011

Acoplando, que es gerundio


Hace una semana pudimos ver por primera vez a I; Es un niño precioso, que regala sus sonrisas a todo aquel que le hace un poco de caso;
La visita duró apenas una hora, acompañados de la psicóloga asignada a nuestro caso y de la directora del centro, una persona maravillosa y llena de energía;
No logré sentirme cómoda; No sabía cómo debía comportarme; Cuando me lo pusieron en brazos, me moría por darle un beso, pero no me atreví; No sabía si tenía aun el "derecho" a hacerlo; Mi marido, que es mucho más natural y espontáneo que yo, se puso a besarlo en cuanto lo cogió; A veces me como demasiado la cabeza, tengo que aprender a ser un poco más impulsiva;

Las siguientes visitas han estado mejor; Esta semana hemos estado dos veces ya con él a solas; Y le hemos acribillado a besos, a achuchones y a fotos; Y lo mejor, que él se deja querer;

El proceso de acoplamiento durará un mes y medio, más o menos; Durante ese tiempo, le veremos dos días por semana en el Centro y luego el fin de semana se irá alargando, desde este primero que pasa con nosotros todo el sábado, hasta los dos últimos, que estará en casa de viernes a lunes;

Se va a hacer largo; Nos morimos por traerle ya a casa, aunque entendemos que el acoplamiento es importante, para evitar futuros problemas de adaptación;

Aunque por nuestra parte, este pequeño de ojos de media luna, ya nos tiene totalmente acoplados y entregados

No hay comentarios:

Publicar un comentario