jueves, 14 de enero de 2010

Cuando el envoltorio no es tan bonito, o cómo aprender a mirar de otra forma.


Cuando tuvimos las charlas con el equipo de psicólogos, nos preguntaron si tendríamos problemas para acoger a un niño de otra raza, con alguna enfermedad, o con alguna discapacidad.
A mí me chocó un poco la pregunta. Me imaginé de repente ante un escaparate, eligiendo el niño que quería llevarme a casa. Pero entiendo que no es fácil.
Hay que ser realistas con el tema de la acogida.No es una situación idílica. Hay que aprender a querer desde cero, y querer sabiendo además que algún día otros, con pleno derecho, pueden reclamar los frutos de ese amor. Y si de por sí es difícil, añadir una enfermedad o una discapacidad puede ser demasiado para muchos.
Nosotros decidimos no poner demasiadas condiciones a nuestra acogida. Tan sólo hemos pedido, si es posible, que la discapacidad no sea muy acusada a nivel motor, ya que tenemos muchas escaleras en casa y sería complicado.
No creo que somos mejores que otros padres. Es tan solo que creo que a veces, un regalo mal envuelto puede terminar siendo lo que más quieras del mundo.
Sólo hay que acostumbrarse a mirar con el corazón.

1 comentario: